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Pueden encontrar el fallo en nuestra sección Insumos en www.animalesenlaconstitucion.info/insumos Material especializado – jurisprudencia.
En el Código Civil se encuentran en el Libro II (bienes) como “bienes muebles semovientes”.
En nuestro Código Penal en el art. 291 bis y ter existe el delito de maltrato animal que aplica para todos los casos de acción u omisión y para todas las especies.
En la Ley 20.380 (Sobre protección de los animales) se estipula la regulación para casos como el transporte con animales, experimentación y “prácticas deportivas”
En la Ley 21.020 (Ley de Tenencia responsable de mascotas y Animales de Compañía, “Ley Cholito”) se encuentra la regulación para los animales de compañía y sus tenedores.
Algunos otros cuerpos normativos también regulan aristas que incluyen a los animales: Ley de caza, Ley de pesca, Ley de tránsito, Código Sanitario, entre otras.
Puedes ahondar aún más en este tema en www.animalesenlaconstitucion.info/insumos sección material especializado – carpeta “Regulación básica”
En el problema de los perros asilvestrados hay distintos animales no humanos involucrados, cuyos intereses se deben sopesar con justicia, además de los propios intereses de las personas. La Fundación no apoya a los perros en particular, asilvestrados o no, sino a los animales en general, incluido el ser humano. En este sentido, no se puede obviar que los perros asilvestrados pueden ser un peligro para otros animales domésticos.
Distintos proyectos de ley han intentado solucionar el problema permitiendo ya sea la caza o el sacrificio de los perros asilvestrados, sin tener mayor éxito. A continuación se expresan algunos problemas en común que han tenido estos proyectos.
En primer lugar, la categoría de perros asilvestrados es equívoca. Distinguir un perro asilvestrado a simple vista, de un perro abandonado, callejero, comunitario o perdido, es en extremo difícil. Lo que hace distinto a un perro asilvestrado es su comportamiento, siendo necesario el estudio de un experto. Aquello significa que una vez muerto, distinguir si un perro era asilvestrado o no es prácticamente imposible, lo que hace aún más difícil el control de los medios utilizados, y puede llevar a intereses perversos de algunos particulares.
En este sentido, en aquellos casos en que se busca destruir una especie debido a ser portadora de una plaga, usualmente, se propone la solución que parece como lógica: destruir la plaga. Sin embargo esta solución no es factible. Así, los expertos concluyen que el control de enfermedades por medio de la matanza no será efectivo a menos que haya una fuerte voluntad política de comprometer los recursos necesarios. [1] Al respecto, incluso si se estableciera una política general de sacrificar a todos los animales que podrían transmitir al virus, de acuerdo a los expertos, no se resolvería el problema. Así, afirman que no hay consenso en la efectividad de este método en el mundo salvaje.[2]
En este orden de ideas es que se debe recordar que los perros asilvestrados son una especie invasora, que se produce debido al abandono de animales domésticos. Incluso si se aceptara sacrificar a miles de perros asilvestrados todos los años, miles más llegarían a la misma condición. El único modo de detener este problema es solucionando su fuente.
Doctores estadounidenses han señalado que la única solución a largo plazo es una tenencia responsable y programas de acompañamientos locales que sean efectivos. Así, coinciden en que la cría de perros debe ser limitada, y se debe controlar el abandono de estos.[3] Asimismo, el programa australiano sobre para los perros salvajes explica que las mejores prácticas en manejo de animales buscan balancear la seguridad, humanidad, eficiencia, logística, y las necesidades urgentes.[4]
En este orden de ideas, Abarca y Bonacic, hacen referencia al protocolo recomendado a nivel internacional, el cual tiene las siguientes etapas. 1) En primer lugar se debe capturar y retirar a los perros de la vía pública y zonas rurales, para luego trasladarlos a caniles municipales. 2) Posterior a esto se debe realizar una evaluación clínica profesional, donde se diagnosticarán lesiones, patologías, y se realizará una evaluación de conducta para determinar si el animal se encuentra apto para ser adoptado o si es un animal peligroso. 3) En el caso de que apruebe la evaluación, será sometido a registro con microchip, esterilización, desparasitación y vacunación para luego ser entregado en adopción. 4) En el caso de no aprobar la evaluación clínica por tener conducta agresiva y ser considerado un animal peligroso, o bien encontrarse en un estado de salud cuyo tratamiento no permitiría una calidad de vida óptima, se debe aplicar la eutanasia por parte de un médico veterinario.”[5]
Ciertamente estos planes son costosos económicamente, y requieren una coordinación política difícil, que significa indudablemente la involucración del gobierno. Sin embargo, los costos económicos parecerían justificarse con creces de recordar los daños que los agricultores y ganaderos dicen sufrir, como se ha señalado en otras sesiones de discusión de esta ley. Con todo, independiente del beneficio económico, consideramos que la anterior es la única solución que protege a los animales y permite asegurar un mejor porvenir a aquellos y los humanos.
[1] Braysher, Mike, y Saunders, Glen, Best Practice Pest Animal Management, p. 1.
[2] Farnese, Patricia, Will Nonhuman Rights Decrease Human Vulnerability to Zoonotic Diseases?, p.
[3] Green, Jeffrey y Gipson, Philip, Feral Dogs, p. 78.
[4] NSW Wild Dog Management Strategy 2017–2021, p. 8.
[5] Abarca, Katia, y Bonacic, Cristian, Hacia una política y legislación para el control de poblaciones de cánidos y calidad de vida de las personas: un enfoque multidisciplinario, p. 10.
[1] Centro Zorcal, e-learning por los Derechos Animales.
En el encontrarás la interseccionalidad entre animalismo y distintos temas: Vivienda, Feminismo, Derechos Fundamentales, entre otros.
En cuanto a los límites con otros derechos, también dependerá del caso en particular. Así, deberá ver cuál es el derecho que debe ponderarse frente a la protección animal y las circunstancias particulares para resolver. Lo anterior significa que algunas veces la protección animal deberá ceder frente a un derecho, y en algunos casos el derecho deberá ceder. Lo que logra la protección constitucionales permitir que la protección animal siquiera entre en dicha discusión: si no está protegido constitucionalmente ni siquiera está en dicha ponderación, el derecho vence sin siquiera entrar en discusión..